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Para que oiesen el bando, ensenandoles practica mente con esto, a obedecer en sus ministros al rey: Y en el otro, a respetar el sagrado de la yglesia, que es lo que nos manda Dios, sin oposicion de el rey. Lo que conduce en los yndios el respe to a los Ministros de Dios, para el servicio de el rey no lo ygnora V[uestra] Ex[ecelenci]a. Respecto de los muchos exemplares, así antiguos, como - - nuevos; quantos alborotos y motines se = han levantado por falta de esta veneracion ¿ y quantos se han sosegado, en los neofitos por la guarda de respeto ¿ Pues en verdad que por este, se ha llegado a conseguir, lo q[ue] aun por fuerza de armas no se huviera logra do, hable el exemplar de los pimas, cuio -- alzamiento, no huviera calmado hasta ahora a no haver mediado este tan justo = respeto, lo qual es cierto y notorio en toda aquella provincia, como que la expedieron = nada pudo conseguir, y solo un padre ministro = los sosego, sin mas armas que su palabra bien parece conocida, esta pactica verdad como lo acredita su modo de proceder segun consta de la Historia el famoso Hernan Cortes: Pues señor como se zanjara este respecto, si el que deve por su empleo fo mentarlo, lo atropella y ultraja publica =
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mente a cada paso ? sí todo consistíera en tolerar una Ynjuría, lo menos fuera vencer sus difícultades, pero ocurren algunas con tales circunstancías, cuías justas vindica cíones, no se pueden omítir, sin gravissímo perjuicío del Bíen comun, en lo que estríva sin duda el Príncipal Ynteres de un hay justo; estas son señor las causas que me movíeron à obrar en aquel caso con los termínos que expreso, sin faltar a la verdad ni en una jota. Por lo que toca a las rondas: es cíerto haver dicho a los soldados, que tuvíeran por escusado, hondar el Pueblo de la Mission, significandoles que este, en lo espíritual, y tempo= ral, corria por encargo del soberano de cuenta mia, (como es así) porque en estos terminos, se nos han entregado las Missíones; siguíendo en est[o]s. particulares, el rumbo de nuestros anteceso[-] res los RR[everendos] PP[adres] fernandinos, pero devo advertír a V[uestra] Ex[celenci]a. que por lo que toca al real, no les dixe una palabra, ni jamas me he metido sobre aquel, ni con el Governador, ni con los soldados: el caso se ciñe, tan solam[en]te a los Yndíos. Los motívos que tuve para oponerme, y resístír dicha honda, fueron los antecedentes, que cíertamente ynferían la destruccíon, y ruina de las Almas, en dícho pueblo, de la consavida ronda. Las quexas, que sobre esta matería escandalos
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he tenido de los PP[adres]. Misioneros, han sido mu chas, cuias cartas aun rreservó en mi poder, y sin salir de Loreto, esta, por los efectos til= dada la ronda de los soldados, con el Boror de el escandalo, cuyos clamores, me tienen atravesado el corazon, y taladrados los oidos, por lo cual descando yo el evitar, tantas ofensas a Dios, y perjuicio de las Almas, no pude menos de significarles, la renuncia, que sentia mi voluntad, a tan escandalosa ronda: Lo cierto es señor Ex[celentisi]mo. que en la frontera de Vellicata, ni aun las gentiles que vienen ansiosas a solicitar el sacros[an]to. Bautismo, han estado libres de este per juicio; causa porque se retiran a los montes y preguntados, porque motivo, responden que porque los soldados les han de quitar sus mugeres: aun conservo en mi poder ciertos papelitos de Abalorios, entregados a los PP[adres]. de la frontera por las mismas yndias recien conquistadas a la fee,con cuyos donecillos, havian sido por los soldados solicitadas, y conseguidas: en fin señor ha sido tanto el libertinaje, que se ha verificado el caso, segun estoi ynformado, de lazar a las yndias gentiles, como a un toro, para darle rienda suelta al Apetito: esto mismo ha sucedido repetidas veces en la nueva mission de el Rosario: Pues aora Ex[celenti]mo. señor: si en la misma puerta de las conquistas, donde en todos deve
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brillar el exemplo; para estension del santo nombre de Dios, han sido, tan crecidos los escandalos, que espantan y auyentan a los Gentiles, solo con la luz natural de la razon, que satisfacion podre yo tener de las entra das de estos soldados, a las havitaciones y casas de las Almas conquistadas ? no Ygnora V[uestra] Ex[celenci]a. que muchos malos ministros se valen de la capa y nombre del hoy para cometer varios excesos, de modo, que sín sa lir de esta Provincia, me han llegado a Ase gurar, que hasta en Nombre del rey ha avído atrevimiento, para solicitar, y obli= gar a las mugeres, para sus licenciosos Ape titos: Y la mayor Lastima es, que por estas Yniquidades, e Yndolencias, se da, ocasion, a Algunos Poco advertidos, para abominar el nombre tan respetoso y venerable del soberano: esto si señor ex[celentísi]mo que es Perjudicar al real servicio esta si, que es Ynjuria Ynsoportable á la lealtad de un vasallo. La ranchería, o Pueblo de la Mission de Loreto, es un recinto tan corto, como se dela entender del numero de sus havi tantes, Y està en tal dispocicion, como un cinco de cuatro Ángulos Ymperfectos cuías misera bles chozas se divisan con Yndividualidad con
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todos sus moradores, desde la havitacion de nuestra casa, a la que, estan cercanas, como contiguas, este se cela con tal paranoia, q[u]e no ai noche que no se visite, o por mi, o por el P[adr]e. M[aes]tro, y como se halla en tal disposicion la mission, con el numero tan corto de la almas, apenas falta persona, quando luego se echa menos: a lo que se añade, que el fiscal de la mission y el Governador del Pueblo, no cesan de rondar, de dia y de noche; Pues señor para un pueblo, que se puede reputar por una casa, es posible, que la vigilancia de los PP[adres]. con la del fiscal y governador, no es suficiente para celar a estos pobres? si yo lo jusgara, asi; y no tuviera segura mi conciencia, duda el mismo Governador de la Peninsula, que le pidiera el auxilio competente, para tan grave descarga? Bien sabe D[o]n. Felipe Barri, que el P[adr]e. fr[ay] Nicolao en tiempo de mi visita le pidio y le suplico, que le ayudase, a soportar esta carga; porque solo, apre tendio, ó desconfio de sus fuerzas; pues si tiene este exemplar: Y sobre este, el que, no ygnorando yo, que venia a celar el Pueblo, jamas le hable palabra para ympedirlo, porque a de atribuir a ultraje de la real jurisdiccion, el que se ympida su ronda? a qui se ve, que yo no ympi do las rondas, sino el escandalo de ellas = como no he ympedido, la ronda de el Gover nador en persona, ni aun a la de los soldados