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LLILAS Benson at Jun 17, 2025 07:12 AM

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Dha verdad tan segfcariagara el bien de esta misión, tranquilidad y uniformidad entre sus Ministros; que tan deseada ha sido siempre de todos. O supe yo que los Religiosos de mi orden entraron en este Reino que fue el año de 163., o supieron Puengua comenzando a ejercer su ministerio Apostólico, tuvieron noticia de las ceremonias que los chinos hacían en reverencia de sus padres, los señores y difuntos, y porque algunos cristianos se tardos que habían sido bautizados por los PP. de la Compañía, lo negaron, y ocultaron por recelo de que nuestros Religiosos se lo prohibiesen fue necesario averiguarlo de secreto, para lo cual fueron una noche el Padre que se llamó don J. Bautista de Morales, prelado que era entonces de mi Orden, y el Padre N. Antonio de Santa María de la Seráfica, y vieron sin ser sentidos la oferta solemne que hicieron los gentiles y cristianos del Padre de Adiang en el templo de sus Progenitores difuntos, con que los que lo negaban antes, quedaron convencidos de su poca fidelidad en esta parte, engañando a sus Ministros en puntos de tanta importancia; pero recurrieron, a que todo aquello era lícito supuesto que los P. de la Compañía se lo permitían a sus cristianos; razón que para ellos era suficiente, pero no para los ministros que habían visto cosas con sus ojos que les parecía no era posible se las permitiesen los ministros evangélicos; y para certificarse de la verdad de esta permisión, fueron al ámbito pobre de esta Provincia, distante de la Villa de Bogan cinco días de camino el Dr. es J. B. y el P. S. Francisco de la Madre de Dios, franciscano; en donde la ocasión estaba el Deán viceprovincial de la Compañía, Francisco Hurtado, y dicho Padre le respondía que como los cristianos en dichas ofrendas no quemasen dineros de papel, ni pidiesen ni esperasen bienes de sus difuntos ni entendiesen que las almas descendían sobre las tablas a recibir las ofrendas; que todo lo demás era político y civil, y por tal se lo permitían a los cristianos, esta fue la última diligencia que nuestros Religiosos hicieron acerca de este punto.
Vueltos los dos Religiosos a Bogan, no les pareció en materia tan grave el regirse solo por la autoridad extrínseca que se funda solo in auctoritate dicentis. Pues no se les dio razón alguna, consultaron el caso con los lectores de teología, y demás hombres doctos de estos del colegio y universidad de Santo Tomás de Manila; proponiendo todo lo que acababan visto, y averiguado acerca de dichas ofrendas y veneración a sus Progenitores difuntos y de estos cumplieron. Ni uno resultó que de ninguna manera eran permitibles a los cristianos las acciones que allá se proponían; y aunque mis Religiosos se las prohibieron como pecaminosas; pero después de esta resolución lo hacían con más seguridad de conciencia.
Los casos que en orden a esto les sucedieron, y están escritos en otra parte, después de seis años fueron desterrados a Macao dos Religiosos nuestros que fueron el Dr. Fray Juan Bautista de Morales y el Padre Fr. Francisco Díaz, habiendo sido primero azotado cautamente tres veces por causa pública, puestos a la vergüenza con unos tablones de cien libras en los pescuezos, no de otra causa sino por predicar de una falta sectaria. Llegados a Macao, el tiempo que allí estuvieron, que fue más de un año, procuró el P. Dr. Juan Bautista con todos sus votos, y puso todos los medios posibles, para conseguir la unión entre dos ministros de este Reino en dichos puntos. Escribió cartas a Manila, trató con los dos que eran Visitadores que iban en aquel tiempo y nuestro Deán Provincial de la Provincia del Señor Rosario, que lo era entonces el P. Dr. Clemente Gant. Escribió una carta al P. Visitador Manuel Díaz, suplicándole en ella se disputasen estos puntos en la ciudad

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