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detención mas leve, mandé a los Yndios, que curaran del trabajo, que a la sazon era de sus propias vivi endas, cuia obra estaba io dirigiendo, enviandolos a la Guardia, para que oiran las ordenes de su su perior, y de la misma suerte mandé también al - - sirviente de nuestra casa, en lo que bien claram[en]te se vi, que en mi parte, no hubo oposicion alguna, no al vando, ni tampoco a su publicación, en el expresado sitio; a esta señor: concurrió todo el Real, con la mission, y aun hasta el Comisario [?]: D[o]n Antonio Lopez de Toledo, con su [casero?] José Maria estrada, que por orden del Governador fueron llamados, para que como testigos firmasen como en efecto firmaron la publicación del vando, como constara por el original notificado ya a todos, en el estado lugar, sin quedar ni en el Real, ni en la Mission, otras Personas, a quien hacerlo, que a mi, ya mi compañero mandó D[o]n Feli pe Barri, que todos los que allí havían concurrido le siguiesen, y saliendo de la Guardia, en forma de de Caja, Y con soldados armados con vala en boca, llegó al termino de nuestra habitación en esta forma, y haviendo parado la procieron frente y junto de la puerta del colegio empezó en Pers sona a pregonar el miomo vando, que ya se ha vía publicado en la Guardia. Estaba yo a la sazon paseandome en la sala del colegio, junto con mi compañero, abierta la puerta de la calle que es la misma de la sala, y al oír al principio del pregon en boca de un Governa dor no pudo menos de llamarme la Atencion y [?] por una parte, la novedad tan

Notable de aquel tan escandaloso estrepito nunca jamas aqui visto, y menos junto, a un sitio tan sagrado; considerando por otra parte tambien la ocurrencia de los lances poco antes acecidos, Y lo que mas prepondera, todo publico, y notorio en este Real y Mission, como, la puerta de la Guardia de los soldados cerrada, no como quiera sino con clavos, dos dias antes de el yncidente del vando sin mas causa, que por haver pasado por dicha Guardia su propio Padre espiritual y Apostolico Ministro de este Real y Mission, con otros Lances que omito porque haver de especificarlos todos, fuera jamas Acabar, en cuia virtud; Considerando, y saviendo q[ue] a nadie podia ocultar, que la Publicacion en este sitio despues de estar Publicado en el devido, era directamente a los P[adres] con notorio vilipendio del caracter sacerdotal, y ministerio Apostolico, no puede menos de concebir en el Lance Gravissima obligacion de oponerme a su designio: Lo cierto es, que el vando procedio del grave encono, que tiene contra los P[adres] cuia Pasion es tan notoria y Publica, que aun Para disimular el veneno, no le dexa Libertad; Y que este sea su principio lo acreditan varios echos, como la conversacion, que tuvo en su casa, poco antes de publicarse, en la que manifesto y bien claro, que lo que iba a executar solo lo hacia por los p[adres]: sin embargo dejando por ahora su yntencion; Yo señor Ex[celentisi]mo no me opuse a que el vando se Publicase en la Guardia, ni menos en otro P[ublicacion]

fuera de el esperado, y aún en este tampoco me hubiera opuesto a no tener más que certeza moral, de que la notificación del bando en este lugar no se dirigía a otras personas, que a nosotros, ni aún así me hubiera opuesto, ciertas misma evidencia, que yo tenía, no supiera que la tenían las demás; pero reflejando sobre esta verdad y que hasta los párvulos no dejaban de advertir el escándalo de el hecho, no pude sin agravar mi conciencia permitiéndolo.

Que fue a nosotros el vando me parece lo acredita, ya el haberse publicado a todos en la Guardia, ya el no haber salido jamás, ni aún en tiempo de S[eñor] Felipe Barri, (y sino, que lo diga el mismo) ya publicar bando alguno, fuerza de dicho lugar, ni menos de venir a nuestra casa con los soldados armados con bala en boca; y finalmente el no haber en este sitio donde intento y principio a publicarlo, otras personas que la mía, con el P[rimer] Ministro de Loreto; porque sí fue a los de el Real y soldados, que se hallaban en Loreto, ya se les hizo saber en la Guardia del mismo modo y a tono de pregón, como pretendía ejecutarlo, y en efecto principio en el termino de nuestra habitación; si a los Indios en la misma conformidad; si al comisario y a su cajero del mismo modo también: luego parece señor, que es menester querer cerrar voluntariamente los ojos de la luz de la razón, para no creer, que el bando vino S[eñor] Felipe Barri a a publicarlo a los

Y no sin pernicioso escandalo. Mas: Si Loreto fuera una numerosa poblacion, quiza pudiera admitir el echo, esta tergiversacion, pero siendo tan limitada que numeradas las almas de la mission y de real, no completan todas juntas quatroscientas, a cuya razon se agrega el estar todas las havitaciones congregadas en un puño, me parece que ningun juicio prudente la admite por ningun termino. esto supuesto creo, que en este incidente no huvo oposicion alguna al uso de la real jurisdiccion, si solamente defensa del respeto tan devido a lo sagrado; por lo que no juzgo, que pudo quedar perjudicado el real servicio; porque si este depende como christianamente lo enseña vuestra excelencia de la instruccion de los chatolicos dogmas, dogma catholico es, dar a Dios, lo que es de Dios como dice el evangelio, rindiendole a lo sagrado respeto y veneracion, cuyas injurias y ultrajes nos enseña Jesuchristo a vindicar no solo con su doctrina, sino tambien con su exemplo; lo que de ninguna suerte se puede contradecir, con que al Cesar se le dé lo que es del Cesar, que es tambien dogma catholico, respecto de que Dios manda ambas cosas y jamas mandó imposibles. Esto es lo que a los Yndios y a todos los demas hemos enseñado hasta ahora, lo que se ve practicado en ambos casos: en el primero mandando a todos los Yndios, a la Guardia;