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vería él alguaciles de corte que anduviesen y mandasen la casa
de S. Sria., dijo que este testigo no lo vió porque no estuvo pre
sente, más de que oyó decir á Alonso Martinez, clérigo de evange
lio, que despues de salido el dicho dean al patio preguntó
que adónde habian llevado al dicho arcediano, y el dicho Alonso Martinez
le respondió que no sabia demas de que S. Sria.
mandaba que él no subiese allá; y que estardo en esto
llegó el fiscal de S. Sria. y le dijo al dicho dean lo mesmo
que el dicho Alonso Martinez, y el dicho deau le respondió á voces
altas, por que lo entendiese S. Sria.: Pues dígale á
S. Sria, que yo lo espero en Dios de ver presto á otro que
mande en esta casa, y que él no mande; y que esto oyó decir
al dicho Alonso Martinez; y al dicho fiscal oyó decir que á la sazón
que esto pasó, que habia dicho el dicho dean, que presto veria él
andar y mandar la casa de S. Sria. alguaci les de corte
y questo sabe este testigo por haberlo oido de cir como dicho tiene,
y que lo demas no sabe.

Preguntado si despues que el dicho dean está en esta tierra
ha visto y sentido que siempre ha mostrado tener odio y ma
la voluntad á S. Sria. y á las cosas que le tocan, dijo
este testigo que cuando él conoció al dicho dean, posaba en casa
de S. Sria., y que dende á pocos dias se salió de su casa é
tomó casa por sí, é que no sabe la causa, más que desde
entonces hasta agora, que podrá haber dos años, poco más
ó ménos, siempre ha oido este testigo decir públicamente á mu
chas personas cuyos nombres no se le acuerdan, que el dicho
dean está mal con S. S., y que le tiene odio y mala
voluntad, y que le ha de dañar en lo que pu diere: y questo
responde á esta pregunta, y que lo que di- cho tiene en este
su dicho, es la verdad de lo que sabe é pa. sa, para el juramento
que tiene hecho, y siendo leido se afirmó é ratificó
en este su dicho, é dijo ser de diez é nue ve años, é que no le
tocan las generales, más de ser criado de S. Sria. Rma.
pero que por esto no ha dejado de decir la verdad, porque tie
ne en más la seguridad de su conciencia, que otro ningun inte
res, porque se prescia de muy buen cristiano. Francisco de Terrazas
Ante mí, Diego Maldonado, secretario.