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let882 at Sep 06, 2018 01:44 PM

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no podemos tener con abundancia porque me hai quien siembre continuamente, ocupado los hijos con
las armas en la mano, oya con que achaque entrgados a la desidia. Escribieron de dicho señor Gobernador
que a mas de los 150 Yaquis ve compondria el campo de 150 soldados arreglados, y 30 vecino. El diario
de la campaña ya escribí, enviandolo a V.R. Despues aca no ve muestra las armas; y las de el ene-
migo continuamente hostilizan y vi al enfermo de mucho tiempo no se le aplican remedios, co-
mo sanara? Que abre la naturaleza? Con que ayuda? Con que socorro? Con que medicina? Mas y mas
ve desflaquecrea hasta dar en el sepulchero aunque no vea por otra cosa, que por la debilidad. He es enferm-
medad, lo que producen las Provincias, que con solo remedio paliativos se conserven sin morir antes
de muchos.
Y si a la enfermedad tan larga, que producen las Provincias, ve añaden nuestro achaques,
que diremos? Fue sin duda moxi--. Yo me voy Profeta, ni hijo de Profeta: dos o tres cantas --- al difun-
to Gobernador --- Juan de Mendoza en que le exponia el riesgo, en que estaban las otras Haciones dese-
guia el mal ejemplo de los sublevados, el poco castigo, que estos experimentaban: porque a mas de que to-
dos somos inclinados a lo malo, el mal ejemplo es un estímulo muy grande, que el Demonio les había
de soplar, sí a estos, siendo tan pocos, no se les hace mella, aumentandosé su número con nosotros, o dan-
do nosotros por otra parte, se hará imposible nuestro castigo. Ni [arco], que será necesario, que el Diablo use de
sus andides, para persuadir esto a los Indios: pues como Vuestra Reverencia experimento, están ya muy avisados, muy
despiertos, discurren ya, aunque para su mal, muy delgado, a que se llega a su natural velcidad, e incons-
tancia, ser amigos de toda novedad, enemigos de la sujeción, del trabajo, inclinados al robo, gente
de poca vergüenza, por la común indevotos, amigos de la ociosidad, del monte, habituados, y ya dies-
tros en el manejo de las armas por tantos años: todo me hacía pensar, que no acabar con los reve-
lados, o sujetarlos, podía inficionar, y ser la levadura de las otras Naciones. Ya mi Padre Procurador,
se experimenta, y quiera Dios guarde no pase adelante el contagio, que aún ahora con una seria, y pron-
ta providencia de esta corte, aunque en muchos años no se le santé el enfermo, y vuelva a su anti-
guo lustro; pero sin duda convalecera. Es el caso que los Pimas bajos a toda prisa se están quitando
ya la máscara. Digo, quitándose la máscara porque jamás han sido buenos, hablo del común, siem-
pre han estado inclinadose a la parte, que prevalece y aún desde que comenzaron los Seris esta úl-
tima sublevación, se ha sospechado, que los Pimas bajos tenían algún comercio con ellos (vuelvo a
decir, que no de todos se ha pensado así, sino de la mayor parte) pero ahora mi Padre Procurado, ya
las sospechas pasan a realidades, ya se dejan ver puntitas de Pimas bajos, cometiendo robos, muer-
tes, y por los montes ya no hay paraje seguro, que no esté infestado de enemigos, y entre ellos Pi-
mas bajos, unas veces acompañando, y guiando a los Pimas altos, otras solos ellos cometiendo insul-
tos: En el camino de la Trinidad a Soyopa salieron dichos Pimas bajos a la [requa] de Don Joaquín de
Revuelta, que iba con ropa al Real de la Trinidad; mataron al referido Revuelta, a Moreno, y
a todos los [arrieros], y después destriparon la carga y cogieron lo que gustaron, dejando tirado en el
camino lo demás; a otros arrieros que llevaban vino a dicho Real, les salieron los expresados Pimas.
En Cabora, puesto que ya Vuestra Reverencia se acordará cerca de Batacora dieron los Pimas bajos, mataron a unos,
e hirieron a otros. En la Palma han hecho lo mismo: en el Nincori hay [rochela]: En la Sierra
de Baroyeca han metido ganado, esto es por el lado del Sur; que por el Norte no hay lugar, en que
no haya Pimas bajos. En las cercanías del Pueblo de [Bahcon], en Yaqui se han cogido rastros de
dichos Pimas, y han tenido los Yaquis refriega con ellos, y ha habido de una, y otra Nación heri-
dos. Se experimenta que dichos Pimas bajos andan todo toda la tierra en cuadrillitas cortas, por don-
de mucho número de gente junta suele experimentar atentados, que cometen los Seris y Pimas
altos, y ellos andan sin ese riesgo y sin experimentar daño. Se experimenta que de los Pueblos de Pimas
bajos suelen faltar algunos Indios, y después que sucede alguna desgracia, se aparecen en los Pueblos, de
donde antes faltaban. Se experimenta que hacen una entrada a los Pimas altos y los mismos Pimas ba-
jos hacen las humaredas correspondientes, si los soldados siguen a los enemigos. Se experimenta que sien-
do Pueblos cortos en número de Indios los de Pimas bajos, y estando algunas ocasiones totalmente desier-

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no podemos tener con abundancia porque me hai quien siembre continuamente, ocupado los hijos con
las armas en la mano, oya con que achaque entrgados a la desidia. Escribieron de dicho señor Gobernador
que a mas de los 150 Yaquis ve compondria el campo de 150 soldados arreglados, y 30 vecino. El diario
de la campaña ya escribí, enviandolo a V.R. Despues aca no ve muestra las armas; y las de el ene-
migo continuamente hostilizan y vi al enfermo de mucho tiempo no se le aplican remedios, co-
mo sanara? Que abre la naturaleza? Con que ayuda? Con que socorro? Con que medicina? Mas y mas
ve desflaquecrea hasta dar en el sepulchero aunque no vea por otra cosa, que por la debilidad. He es enferm-
medad, lo que producen las Provincias, que con solo remedio paliativos se conserven sin morir antes
de muchos.
Y si a la enfermedad tan larga, que producen las Provincias, ve añaden nuestro achaques,
que diremos? Fue sin duda moxi--. Yo me voy Profeta, ni hijo de Profeta: dos o tres cantas --- al difun-
to Gobernador --- Juan de Mendoza en que le exponia el riesgo, en que estaban las otras Haciones dese-
guia el mal ejemplo de los sublevados, el poco castigo, que estos experimentaban: porque a mas de que to-
dos somos inclinados a lo malo, el mal ejemplo es un estímulo muy grande, que el Demonio les había
de soplar, sí a estos, siendo tan pocos, no se les hace mella, aumentandosé su número con nosotros, o dan-
do nosotros por otra parte, se hará imposible nuestro castigo. Ni [arco], que será necesario, que el Diablo use de
sus andides, para persuadir esto a los Indios: pues como Vuestra Reverencia experimento, están ya muy avisados, muy
despiertos, discurren ya, aunque para su mal, muy delgado, a que se llega a su natural velcidad, e incons-
tancia, ser amigos de toda novedad, enemigos de la sujeción, del trabajo, inclinados al robo, gente
de poca vergüenza, por la común indevotos, amigos de la ociosidad, del monte, habituados, y ya dies-
tros en el manejo de las armas por tantos años: todo me hacía pensar, que no acabar con los reve-
lados, o sujetarlos, podía inficionar, y ser la levadura de las otras Naciones. Ya mi Padre Procurador,
se experimenta, y quiera Dios guarde no pase adelante el contagio, que aún ahora con una seria, y pron-
ta providencia de esta corte, aunque en muchos años no se le santé el enfermo, y vuelva a su anti-
guo lustro; pero sin duda convalecera. Es el caso que los Pimas bajos a toda prisa se están quitando
ya la máscara. Digo, quitándose la máscara porque jamás han sido buenos, hablo del común, siem-
pre han estado inclinadose a la parte, que prevalece y aún desde que comenzaron los Seris esta úl-
tima sublevación, se ha sospechado, que los Pimas bajos tenían algún comercio con ellos (vuelvo a
decir, que no de todos se ha pensado así, sino de la mayor parte) pero ahora mi Padre Procurado, ya
las sospechas pasan a realidades, ya se dejan ver puntitas de Pimas bajos, cometiendo robos, muer-
tes, y por los montes ya no hay paraje seguro, que no esté infestado de enemigos, y entre ellos Pi-
mas bajos, unas veces acompañando, y guiando a los Pimas altos, otras solos ellos cometiendo insul-
tos: En el camino de la Trinidad a Soyopa salieron dichos Pimas bajos a la [requa] de Don Joaquín de
Revuelta, que iba con ropa al Real de la Trinidad; mataron al referido Revuelta, a Moreno, y
a todos los [arrieros], y después destriparon la carga y cogieron lo que gustaron, dejando tirado en el
camino lo demás; a otros arrieros que llevaban vino a dicho Real, les salieron los expresados Pimas.
En Cabora, puesto que ya Vuestra Reverencia se acordará cerca de Batacora dieron los Pimas bajos, mataron a unos,
e hirieron a otros. En la Palma han hecho lo mismo: en el Nincori hay [rochela]: En la Sierra
de Baroyeca han metido ganado, esto es por el lado del Sur; que por el Norte no hay lugar, en que
no haya Pimas bajos. En las cercanías del Pueblo de [Bahcon], en Yaqui se han cogido rastros de
dichos Pimas, y han tenido los Yaquis refriega con ellos, y ha habido de una, y otra Nación heri-
dos. Se experimenta que dichos Pimas bajos andan todo toda la tierra en cuadrillitas cortas, por don-
de mucho número de gente junta suele experimentar atentados, que cometen los Seris y Pimas
altos, y ellos andan sin ese riesgo y sin experimentar daño. Se experimenta que de los Pueblos de Pimas
bajos suelen faltar algunos Indios, y después que sucede alguna desgracia, se aparecen en los Pueblos, de
donde antes faltaban. Se experimenta que hacen una entrada a los Pimas altos y los mismos Pimas ba-
jos hacen las humaredas correspondientes, si los soldados siguen a los enemigos. Se experimenta que sien-
do Pueblos cortos en número de Indios los de Pimas bajos, y estando algunas ocasiones totalmente desier-