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jviborra at Jan 29, 2023 12:14 PM

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-miesen peor q[ue] antes (como está sucediendo) y q[ue] si le quedava algún rezelo, supuesto, no haver ya carne, ni manteca, se les podían dar las d[ic]has 2 p[iezas] de jamón advirtiéndoles antes, q[ue] si vuestra excelencia. consultado sobre el asumpto no aprovase el ser parte de la ración, lo hallaría cargado a su cuenta. La propuesta no le pareció mal, p[orque] no quizo abrazarla y a mí me hizo fuerza q[ue] teniendo facultad de quitar la mitad de la ración a los solteros quando el maíz p[or] no caber en los almahazenes estaba amontonado en medio del patio del real, no la tuviese p[ara] dar si quiera en lugar del almud d[e] maíz que quita a cada uno u[na] p[ieza] d[e] panocha q[ue] se acostumbrava y dos d[e] jamón q[ue] también se ha dado siempre que lo havido en lugar d[e] carne y manteca. Pero lo más sensible p[ara] esta pobre gente es q[ue] ya q[ue] lo dicho, no se dé de ración tampoco lo quiera dar a cuenta de su salario, ni maíz, ni panocha y propriam[ent]e hasta aquí ni otra alguna cosa. Ninguno ha podido lograr hasta aquí d[e] estos, ni un cacito ni un metate p[ar]a hazer tortillas, ni un trapo p[ar]a cubrirse las carnes. El almazenero está prompto, pero tiene orden contrario, y no sabemos hasta quándo durará q[ue] ya me hago cargo q[ue] no puede ser perpetuo si bien de los jamones puede ser q[ue] quando los desencaxonen sea p[ar]a tirarlos al estero. Y consig[uien]te a todo lo d[ic]ho a vuestra excelencia. suplico me saque en bien y q[ue] les den a estas gentes ración d[e] hombre y mujer por igual como usted guste regularla y si no les alcanza q[ue] les den a cuenta d[e] su salario p[ar]a q[ue] no me digan q[ue] los he engañado ni padezca hambre mientras hay q[ue] comer. Yo p[or] q[ue] me dixeron que la carne que venía al almazén no era mucha, d[e] lo q[ue] se me havía asignado p[ara] las misiones, le cedí gustosam[ent]e al almazén 20 arr[obas] y con todo en el ayre se ha desaparecido todo.
Ya también sabrá vuesta excelencia. cómo las vacas assignadas a las dos misiones d[e] S[an] Francisco y S[ant]a Clara q[ue] mandó vuestra excelencia. con la Real Junta de Guerra y Real Hazienda, q[ue] se me entregasen p[ara] cuydar d[e] ellas y d[e] sus augmentos en las misiones y tener al entretanto el esquilmo d[e] la leche p[ar]a alimentos de los nuevos christianos, no me las querido entregar pagándome en palablas p[o]r ocupado y ahora q[ue] ya mirándole desahogado lo reconcive me dixo que tenía enviado a vuestra excelencia. el inventario de las q[ue] havía p[ar]a q[ue] vuestra excelencia. determinase las q[ue] me havía de entregar y q[ue] ya lo tenía puesto en el diario y q[ue] no podía hazer otra cosa. Esse es el efecto q[ue] ha tenido una determinación seria y acordada de vuestra excelencia. y de una r[ea]l junta y assí se me va ya trasluciendo q[ue] sea d[e] algunas otras. De poner missión nueva, y quando en mi concepto nada falta, con todo es caso negado. Yo deseo el q[ue] vuestra excelencia se mantenga con cabal salud y esfuerzo p[ar]a llevar estas impertinencias y perdónelas p[or] amor d[e] Dios. Quien g[uar]de a vuestra excelencia. m[ese]s a[ño]s de esta miss[ió]n d[e] S[an] Carlos d[e] Monterey en 19 de julio de 1774.
Ex[celentísi]mo señor.
Su más affo. s[ier]vo y cap[ellá]n
Fr[ay] Junípero Serra

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-miesen peor que antes (como está sucediendo) y que si le quedara algún recelo, supuesto, no haber ya carne, ni manteca, se les podían dar las dichas 2 piezas de jamón advirtiéndoles antes, que si usted consultado sobre el asunto no aprobase el ser parte de la ración, lo hallaría cargado a su cuenta. La propuesta no le pareció mal, porque no quiso abrazarla y a mí me hizo fuerza que teniendo facultad de quitar la mitad de la ración a los solteros cuando el maíz por no caber en los almacenes estaba amontonado en medio del patio del real, no la tuviese para dar si quiera en lugar del almud de maíz que quita a cada uno una pieza de panocha que se acostumbraba y dos de jamón que también se ha dado siempre que lo habido en lugar de carne y manteca. Pero lo más sensible para esta pobre gente es que ya que lo dicho, no se dé de ración tampoco lo quiera dar a cuenta de su salario, ni maíz, ni panocha y propiamente hasta aquí ni otra alguna cosa. Ninguno ha podido lograr hasta aquí de estos, ni un cacito ni un metate para hacer tortillas, ni un trapo para cubrirse las carnes. El almacenero está pronto, pero tiene orden contrario, y no sabemos hasta cuándo durará que ya me hago cargo que no puede ser perpetuo si bien de los jamones puede ser que cuando los desencajonen sea para tirarlos al estero. Y consiguiente a todo lo dicho a usted suplico me saque en bien y que les den a estas gentes ración de hombre y mujer por igual como usted guste regularla y si no les alcanza que les den a cuenta de su salario parar que no me digan que los he engañado ni padezca hambre mientras hay que comer. Yo porque me dijeron que la carne que venía al almacén no era mucha, de lo que se me había asignado para las misiones, le cedí gustosamente al almacén 20 arrobas y con todo en el aire se ha desaparecido todo.
Ya también sabrá usted cómo las vacas asignadas a las dos misiones de San Francisco y Santa Clara que mandó usted con la Real Junta de Guerra y Real Hacienda, que se me entregasen para cuidar de ellas y de sus aumentos en las misiones y tener al entretanto el esquilmo de la leche para alimentos de los nuevos cristianos, no me las querido entregar pagándome en palablas por ocupado y ahora que ya mirándole desahogado lo reconcibe me dijo que tenía enviado a usted el inventario de las que había para que usted determinase las que me había de entregar y que ya lo tenía puesto en el diario y que no podía hacer otra cosa. Ese es el efecto que ha tenido una determinación seria y acordada de usted y de una real junta y así se me va ya trasluciendo que sea de algunas otras. De poner misión nueva, y cuando en mi concepto nada falta, con todo es caso negado. Yo deseo el que usted se mantenga con cabal salud y esfuerzo para llevar estas impertinencias y perdónelas por amor de Dios. Quien guarde a usted meses años de esta misión de San Carlos de Monterrey en 19 de julio de 1774.
Excelentísimo señor.
Su más addo. y rendio siervo y capellán
Fray Junípero Serra