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Exell[entísi]mo Señor
Muy ven[era]do S[eño]r mio Ex[celentís]mo. Los males que no se remedian desde el principio, suelen tener su curacion mas dificultosa. En el principio nos hallamos del nuevo govierno , y advirtiendo ya asiumptos dignos de remedio, no me ha parecido bien differir el solicitarlo p[ar]a con v[uestra]. e[xcelencia]. A estas pobres familias de Herreros y Carpinteros que traxe de Mexico, y de Guadalajara y algu[n]os otro que cogi de Tepic les prometí â mas de los salarios que les señala el nuevo Reglamento, la racion p[ar]a si y sus mugeres â los casados, de suerte que otro tanto como se diesse de racion al marido, se havia de dar â sus esposa, y â algunos que pedian mas p[o]r tener mucha familia les dixe que no podia ser, pero que si la racion de marido y muger no alcanzase p[ara] toda la familia, hallarian francas las puertas de los R[eale]s almacenes, p[ar]a pedir â cuenta de su salario aquello que les faltase. Yo que sabia como era la racion desde el principio, quando la havia, se las explicava, y vinieron gustosos. Para decirles yo lo sobre d[ic]ho tenia el fundam[ent]o de decirlo assí el reglam[ent]o y el titulo que se dio en essa ciudad al Herrero mexicano, pues uno, y otro se expressa la ración de la muger. Llegue con d[ic]h[o]s oficiales a estas misiones, y me halle con la impensada novedad de que el arreglo de raciones que havía venido [....] Blas, no asignava al hombre casado mas que la mitad â a la quarte parte (esta es no mas) de d[ic[h]a racion p[ar]a su muger y esto de solo el maiz; pero de frijol, carne, manteca, ni otra cosa alguna, nada. Se me quexaron pero viendo yo la assignacion, imaginando que el S[eño]r Cap[itá]n ô no podría ô no querria hazer otra cosa, les procurava â consolar, pero en breve vide que d[ic]ho S[eño]r teniâ facultad sobre todo lo mandado. Señala el reglam[ent]o dos almudes de maiz y luego quito uno de los dos â los solteros, y antes de salir el 2o barco del puerto, se dio p[o]r cumsumida toda la carne y toda la manteca y quedó toda la gente y queda[ro]n hoy â puro maiz y frijol y de aquel â media racion de lo que se les assigno, y se les dava lluego de llegado el barco. En este vinieron al almahasen muchos caxones de jamones y antes, quando se acabava la carne, se davan 2 onzas diarias de jamones hasta que se acabava y siempre una [¿onza?] diaria de panocha. Hable sobre lo d[ic]ho al S[eño]r Capitan, y me dixo no tener orden de dar tal racion de jamon. Yo desia mas que no le podia creer, que fuese la mente de s[u]. e[xelencia] que ahora co-
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Exell[entísi]mo Señor
Muy ven[era]do S[eño]r mio Ex[celentís]mo. Los males que no se remedian desde el principio, suelen tener su curacion mas dificultosa. En el principio nos hallamos del nuevo govierno , y advirtiendo ya asiumptos dignos de remedio, no me ha parecido bien differir el solicitarlo p[ar]a con v[uestra]. e[xcelencia]. A estas pobres familias de Herreros y Carpinteros que traxe de Mexico, y de Guadalajara y algu[n]os otro que cogi de Tepic les prometí â mas de los salarios que les señala el nuevo Reglamento, la racion p[ar]a si y sus mugeres â los casados, de suerte que otro tanto como se diesse de racion al marido, se havia de dar â sus esposa, y â algunos que pedian mas p[o]r tener mucha familia les dixe que no podia ser, pero que si la racion de marido y muger no alcanzase p[ara] toda la familia, hallarian francas las puertas de los R[eale]s almacenes, p[ar]a pedir â cuenta de su salario aquello que les faltase. Yo que sabia como era la racion desde el principio, quando la havia, se las explicava, y vinieron gustosos. Para decirles yo lo sobre d[ic]ho tenia el fundam[ent]o de decirlo assí el reglam[ent]o y el titulo que se dio en essa ciudad al Herrero mexicano, pues uno, y otro se expressa la ración de la muger. Llegue con d[ic]h[o]s oficiales a estas misiones, y me halle con la impensada novedad de que el arreglo de raciones que havía venido [....] Blas, no asignava al hombre casado mas que la mitad â a la quarte parte (esta es no mas) de d[ic[h]a racion p[ar]a su muger y esto de solo el maiz; pero de frijol, carne, manteca, ni otra cosa alguna, nada. Se me quexaron pero viendo yo la assignacion, imaginando que el S[eño]r Cap[itá]n ô no podría ô no querria hazer otra cosa, les procurava â consolar, pero en breve vide que d[ic]ho S[eño]r teniâ facultad sobre todo lo mandado. Señala el reglam[ent]o dos almudes de maiz y luego quito uno de los dos â los solteros, y antes de salir el 2o barco del puerto, se dio p[o]r cumsumida toda la carne y toda la manteca y quedó toda la gente y queda[ro]n hoy â puro maiz y frijol y de aquel â media racion de lo que se les assigno, y se les dava lluego de llegado el barco. En este vinieron al almahasen muchos caxones de jamones y antes, quando se acabava la carne, se davan 2 onzas diarias de jamones hasta que se acabava y siempre una [¿onza?] diaria de panocha. Hable sobre lo d[ic]ho al S[eño]r Capitan, y me dixo no tener orden de dar tal racion de jamon. Yo desia mas que no le podia creer, que fuese la mente de s[u]. e[xelencia] que ahora co-
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