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Eduardo Bello at Jul 28, 2022 11:56 AM

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tienen conocimientos, con esto lo tienen todo. ¡Error gra-
vísimo y de fatales consecuencias, sobre todo para la tran-
quilidad doméstica. Una educación completa hace feliz al
que la posee y á los demás, ya sea que el invierno cubra
de nieve la cabeza, ó bien que la juventud lleve las alas
de sus doradas ilusiones. La ancianidad vive de recuer-
dos y estos sólo pueden ser gratos si ellos alimentan la
satisfacción de haber cumplido con todos los deberes que
Dios y la sociedad nos han impuesto. Y para los jóvenes,
qué mayor bien que caminar con seguro paso por la sen-
da difícil de la vida!

De esta manera el tiempo pasa insensible 4 su lado, tra-
yendo consigo un mundo de esperanzas.

Los padres defamilia deben procurar hasta donde les sea
posible que sus hijos formen su educación bajo las bases que
hemos indicado. En la mujer son necesarias é indispensables
la primera y la última, porque es la que más tarde imprimi-
rá en el hogar las primeras nociones de estos deberes ha-
ciendo que el niño pueda ser un hombre útil á sí mismo,
á sus semejantes y á su patria. Descorrer el velo de la ig-
norancia en que muchos fundan la educación, hacer que
el entendimiento desarrolle ideas nobles y elevadas, com-
prendiendo las ventajas que la religión, la instrucción y
la urbanidad pueden dar unidas, extendiendo la esfera de
su poder para que cada uno saque las ventajas que quie-
ra para sí ó en beneficio de los suyos, por medio de una
educación sólida y verdadera. Fácil es obtenerla, porque
la religión nos da creencias saludables y sanas para la
tranquilidad del espíritu; la ciencia nos ofrece obras her-
mosísimas, ya sea en el firmamento, bien en los campos,
ora en el mar ó en las entrañas de la tierra; la sociedad,
porque no puede haber conversación agradable si no es
ayudada por el saber y conducida por la urbanidad.

Tal es la educación que puede hacer tanto al hombre
como á la mujer buenos, honrados y felices, Búsquense
los medios para conseguir este fin, y una vez obtenido, há-
gase buen uso de él, que sólo en esto consiste la educación.

IGNACIA PADILLA DE PIÑA.

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tienen conocimientos, con esto lo tienen todo. ¡Error gra-
vísimo y de fatales consecuencias, sobre todo para la tran-
quilidad doméstica. Una educación completa hace feliz al
que la posee y á los demás, ya sea que el invierno cubra
de nieve la cabeza, ó bien que la juventud lleve las alas
de sus doradas ilusiones. La ancianidad vive de recuer-
dos y estos sólo pueden ser gratos si ellos alimentan la
satisfacción de haber cumplido con todos los deberes que
Dios y la sociedad nos han impuesto. Y para los jóvenes,
qué mayor bien que caminar con seguro paso por la sen-
da difícil de la vida!

De esta manera el tiempo pasa insensible 4 su lado, tra-
yendo consigo un mundo de esperanzas.

Los padres defamilia deben procurar hasta donde les sea
posible que sus hijos formen su educación bajo las bases que
hemos indicado. En la mujer son necesarias é indispensables
la primera y la última, porque es la que más tarde imprimi-
rá en el hogar las primeras nociones de estos deberes ha-
ciendo que el niño pueda ser un hombre útil á sí mismo,
á sus semejantes y á su patria. Descorrer el velo de la ig-
norancia en que muchos fundan la educación, hacer que
el entendimiento desarrolle ideas nobles y elevadas, com-
prendiendo las ventajas que la religión, la instrucción y
la urbanidad pueden dar unidas, extendiendo la esfera de
su poder para que cada uno saque las ventajas que quie-
ra para sí ó en beneficio de los suyos, por medio de una
educación sólida y verdadera. Fácil es obtenerla, porque
la religión nos da creencias saludables y sanas para la
tranquilidad del espíritu; la ciencia nos ofrece obras her-
mosísimas, ya sea en el firmamento, bien en los campos,
ora en el mar ó en las entrañas de la tierra; la sociedad,
porque no puede haber conversación agradable si no es
ayudada por el saber y conducida por la urbanidad.

Tal es la educación que puede hacer tanto al hombre
como á la mujer buenos, honrados y felices, Búsquense
los medios para conseguir este fin, y una vez obtenido, há-
gase buen uso de él, que sólo en esto consiste la educación.

IGNACIA PADILLA DE PIÑA.