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16. Tiene esta provin[ci]a, de travesía, ocho leguas de los unoé pueblos a los otros caberos; en redondo, tendrá veinte leguas. El toda ella muy áspera de quebradas y, lo más, pedregosas; en algunas partes, hacen algunos valles angostos y, en éstos, están poblados hit naturales. Y tienen hechas sus casas pajizas en lo más bajo de los dichos valles, los cuales son muy fértiles, aunque angostos. En Tenamaztlan es diferente porque está al pie de una montaña, al cabo de un valle grande; en éste, hay dos estancias pobladas, de ganados mayores, que es, la una, de M[ART]ÍN MONGE DE LEÓN, encomen dero de la mitad de esta provin[ci]a, y la otra es de un FRAN[CIS]CO DE AGUAYO, v[e]c[in]o de Guadalajara en el nuevo reino de Galicia.
17. Es, toda esta dicha provin[ci]a, tierra muy sana. La gente della es muy crecida y robusta, y para mucho trabajo.
18. Es[tá, esta dicha provincia,] en medio de una cordillera de montañas que viene, atravesando, de oriente a poniente, la cual, según dicen los que lo han visto, tiene su principio desde Tehuantepeque; viene, dando vueltas, hasta el volcán y sierra Nevada de la ciudad de Méx[i]co y, de allí, torna a tomar su fertilidad y aspereza viniendo a dar a Mechoacan, y, de allí, viene hasta Mazamitla, q[ue] es la tierra más alta (según dicen) que en esta Nueva España hay; y, de allí, viene por un lado de los pueblos de Ávalos y hace, aquí en esta provin[ci]a, circuito de veinte leguas, pasand luego la tierra adentro. Quieren decir, los q[ue] lo han visto, q pasa esta cordillera hasta la isla de la California; aunque, [a] treinta y cinco leguas de aquí, la atraviesa el río grande q[ue] llaman de los Chichimecas, q[ue] nace cerca de Toluca y escóndese en la Mar del Sur por la parte del poniente: viene, hasta allí, muy caudaloso.
19. [A]demás de las muchas fuentes, arroyos y manantiales que tiene toda esta provin[ci]a, nacen, en lo más alto destas montañas, dos ríos, que el uno pasa por Teculutlan de norte a sur: tiene caídas muy altísimas y, ansí, es la mejor agua desta provin[ci]a por venir tan quebrantada; después que entra en este valle de Teculutlan, aprovecha de regar todo este valle, q[ue] tendrá una legua de largo y, por lo más ancho, un tiro de arcabuz y, en otras partes, a tiro de ballesta,
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en el cual siembran trigo y maíz. Dase maravillosamente. Cogen, en este valle, dos veces maíz en el año; podría haber muchas huertas en él, y los naturales no son nada curiosos. Júntase con otro río q[ue] nace en estas mismas montañas, que pasa por Atengo [y que es] mayor que éste, en el cual están poblados siete lugarejos desta provin[ci]a, de los q[ue] arriba van declarados. Podría haber, en éste, muchos regadíos para trigo y maíz; mas, es tan abundosa esta provin[ci]a, que no se dan a ello. Júntanse [los dos ríos] en San Miguel. Lleva el río más de diez brazas de ancho; críase en él buen pescado, truchas y bagres, aunque no matan en cantidad porque no se dan maña a ello.
20. En el pue[bl]o de Atotonilco, nace una fuente de agua caliente; aprovéchense della, bañándose para curarse de bubas y [de] otras enfermedades que proceden de fríos.
21. Ya está declarado que cercan a esta provin[ci]a, por todas partes, montañas y muy ásperas y [que], para salir y entrar en ella, hay seis puertos ásperos, q[ue], algunos dellos, no se pueden andar a caballo.
22. Los árboles silvestres que hay en esta provin[ci]a, son encinas muy crecidas y robles, de los cuales se aprovechan de leña para quemar; y, de las encinas, hacen astas de a dos y tres brazas, las cuales les aprovechan de cultivarla tierra con ellas: son a manera de palas de horno. De los robles se aprovechan que, en algunos de ellos, se crian colmenas de miel blanca, la cual cogen para vender y, algunos de los indios, pagan su tributo del dinero que sacan de la miel. Fuera destas maderas, tienen fertilísimos montes de pinos y [de] abetos muy crecidos, q[ue] les aprovechan sus maderas para vigas en las iglesias y casas de su vivienda; sacan, del pino; tea para quemar y, en el lugar de candelas, se alumbran con la tea. Esto es en las montañas altas. Abajo en la provin[ci]a, hay otras muchas arboledas silvestres [de las] que suelen criarse en tierras calientes, entre las cuales hay palmas de dos o tres maneras: aprovéchanse de los palmitos en tiempo de esterilidad, aunq[ue] pocas veces la ha habido, por ser la tierra tan fértil; de las hojas de la palma, hacen esteras y sombreros, y cordeles casi tan recios como [los] de henequén; de la madera de la palma, se aprovechan para hacer jacales, y armar sobre ellos la paja con que cubren sus casas. Y tiene una propiedad notable: q[ue], si aciertan a ponerla verde, está año y día primero que se seque; y, si ha de doblar, antes dobla contra el peso, haciendo tesis. tenia, y corva hacia arriba, q[ue] no doblándose hacia bajo.
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Hay otro género de árboles, semejantes a los ciruelos domésticos, que llevan un fruto amarillo de razonable gusto casi como el de la ciruela; tiene el hueso tan duro, q[ue], aunque] lo pongan en un ayunq[ue], no quiebra, si no es con mucha fuerza de golpes. Hay otro género de árbol silvestre, que se dice guajín; éste cría unas vainas de a palmo y, dentro dellas, unos granos verdes de la hechura de la lanteja, tres veces mayor. Estos comen los naturales, con maíz tostado; hieden a ajos. Los caballos son amigos de comer de la corteza y ramas deste árbol, los cuales, si lo acontinúan diez o doce días, se les cae la cola y la crin, pelándoseles todo el mastil sin quedarles una cerda sola. La recina deste árbol es como cera amarilla; aprovecha para muchas enfermedades q[ue] proce den de frío, y para soldar huesos quebrados y desconcertaduras. Fuera destos árboles, hay otros muchos géneros de espinos, que crían unas vanas de dos dedos de ancho y largo, q[ue] son buenas para curtir cueros y, otras más delgadas, se aprovechan las indias de ellas para hacer crecer el cabello y para teñirlo de negro, el cual traen más negro que azabache. Hay otro género de árboles que llaman mezquites, de la propia hoja y manera de estos espinos q[ue] arriba digo; echan un fruto a manera de algarrobas de España, [aun que] es más delgado: tiene buen sabor dulce. Hacen dél unos panes como los de azúcar, moliendo pepita y hollejo todo junto, y ansí lo guardan para cuando hay falta; porque no se da el mezquite todo el año, sino es en el tiempo de las aguas. Las cuales comienzan en esta provin[ci]a desde mediado junio, hasta fin de octubre; llueve por aquí con más fuerza que en otras partes: apenas cae aguacero, q[ue] no venga acompañado con gran tempestad de truenos y rayos en gran manera temerarios. [Los cuales] suenan aquí más q[ue] en otras partes, diez veces [más], a causa de estar metida esta provin[ci]a en estas montañas ya dichas y ser tierra tan baja, y, con la oquedad, causa tan grande sonido. Fuera destos árboles silvestres, hay otros muchos géneros dellos que no se conocen, ni ha habido en esta provin[ci]a quien pudiese investigar y saber las propiedades dellos y para qué serían buenos, y, ansí, se quedan por árboles silvestres.
23. Los árboles de cultura y frutales que hay en esta provin[ci]a, son cantidad de aguacates, [que] es una fruta muy sana y provechosa: es caliente y del tamaño de un durazno grande; tiene el hollejo, por defuera, negro, y otros lo tienen verde; la carne de dentro es verde clara: tiene el sabor de natas, porq[ue] es grasiento
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y, ansí, adondequiera que cae, como sea en ropa, mancha. Destos hay tres especies dellos. Los otros son mayores que membrillos, [y] tienen el hollejo verde y grueso; llámenlos los indios tecoma aguacates: tienen dentro los huesos del tamaño y hechura de un huevo y, sembrándolos, se abre como pepita y sale dél un árbol tan grande como el otro en que se crió él primero. Tienen, comúnmente, las hojas verdes, y de la hechura y tamaño de el naranjo, salvo que el árbol es grandísimo y grueso. Aprovecha su madera para muchas cosas: hacen bateas y lebrillos, y otras cosas desta suerte, porque no se hiende. Hay otro género dellos, del tamaño de huevos de paloma: éstos no tienen dentro hueso ni pepita; es todo carne. Acompaña esta fruta de comerla con ají, q[ue] acá llaman los indios CHILE, y, sola, con sal: tiene sabor de turrón; cuando la comen con miel, es, de las frutas de los indios, la más preciada. También tienen otra fruta que llama[n] guayabas: es del tamaño de un limón ceutí y, algunas, mayores y menores; es de color amarillo y verde por defuera; tiene coronilla casi de la hechura de la granada: cáesele en estando madura. Dentro tiene unas pepitas redondas del tamaño de la semilla del rábano y divididas en cuatro partes: están entrañadas en la carne y fruto de la dicha guayaba; son de dos maneras: unas, blancas y, otras, encarnadas. Tienen razonable gusto, que participa de agro y dulce; si [se] comen muchas, suelen dar calenturas. El árbol de la guayaba es, la madera y hoja, de la propia manera que el madroño; es, la hoja, medicinal: cocida y bebida el agua, estanca las cámaras, y [sirve] para lavatorios de piernas hinchadas. Aprovecha la madera de hacer verjas o ventanas, y otras cosas a que la aplican; no es el árbol muy crecido. Tienen otro género de árboles que llaman QUAMOCHITL. Este es muy alto; la hoja es menuda, y verde y colorada, y redonda del tamaño de un real sencillo; echa un fruto en una vaina torcida de un dedo de ancha y, dentro, hace unos botones, blancos y entreverados de encarnado, con una pepita del tamaño y hechura de una lanteja grande: es negra como un azabache; tiene, el fruto, sabor estitico, que participa de dulce: son del tamaño de avellanas grandes. Pasados al sol, vienen a perder aquella aspereza y a quedar dulces, aunque no mucho. Es árbol muy crecido. La madera sería buena para hacer della cajas, y todas las demás cosas que quisiesen hacer de ella. Aprovéchanse los naturales de ella para quemar, q[ue] hay mucha.
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Hay, fuera destos, otros árboles que no sirven más que de dar rosas y hacer sombra: llámanlos CACALOXUCHITL. Es la rosa casi a manera de la azucena; es coloreada, y blanca y amarilla; no es puntiaguda como la azucena, pero tiene la propia hechura: es de buen olor. Hay, también, árboles ciruelos de dos maneras. Son las ciruelas agras y enfermas, q[ue] dan calenturas; son de dos maneras: unas, amarillas [y] otras, coloradas. Hay, también, cantidad de naranjos, limones y limas, cidras y toronjas: todo esto, de España. Danse en esta tierra los mejores membrillos, y más crecidos y gustosos que he visto. Granadas, higueras, manzanas, en las partes [en] que los indios las han plantado, se dan maravillosam[en]te. No hay abundancia, porque no se dan nada por ellas. Tienen también, en esta provin[ci]a, plátanos, y muy buenos.
24. Los granos y semillas que tienen, es mucho maíz, y muy bueno; mucho frijol. Dase, también, millo, aunque no se dan na por ello. Cogen gran cantidad de CHILE, q[ue] llaman en España" "pimienta de las Indias", [y] muchos tomates de dos maneras: los q[ue] llaman MILTOMATES y, otros q[ue] llaman XITOMATES.
25. Hortalizas se dan, en toda esta provin[ci]a, todas las que vienen de España, muy buenas; aunq[ue] los indios no se dan nada por ellas. El trigo se da maravillosamente y, por el consiguiente, se daría la cebada, si la sembrasen. La grana se daría muy bien, si la sembrasen, y todas las demás cosas que en España se dan, porque es tierra muy fértil y abundosa.
26. Las yerbas con que se curan son muchas, y no hay quien las conozca entre las cuales, ni sepa decir cómo se llaman en lengua española. Trajeron ocho diferencias de raíces y yerbas diferentes: una raíz blanca, con cierto vello por [en]cima, dicen [que] es muy buena para la orina: llámase, en lengua mexican[a], TEXPATLI. Otra yerba verdeclara, q[ue] tiene el olor de albahaca, aunque no tan intenso, [y] tiene la hoja como de limón, menuda, con vello por la parte de fuera: la raíz della, dicen, es buena para la hidropesía, y para ahítos y cámaras comunes. Otra raíz, q[ue] destila leche, dicen [que] es buena para cámaras de sangre; tiene la hoja como la [de] la salvia: es áspera y vellosa. Tienen otra, q[ue] se entrampa en los árboles como hacen las parras o la yedra, con la hoja de la propia manera q[ue] es la del naranjo; los pimpollos colorados destila[n] cierta leche negra. Ésta sirve para quitar el cáncer a las llagas, y para atajar q[ue] la llaga no ensanche; quema toda la carne q[ue] está corrompida, y a la sana no llega. Las otras cuatro raíces son aplicadas, la una, para calenturas y para ahítos; q[ue] a beneficio de natura se las ponen, sin entender q[ue] tengan virtud cierta ni saberla aplicar.