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a tomar las dichas cuentas a los dichos hospitales como ministros que son de su Maj[es]t[ad], que es patrón Bellos, y hay grandes trabajos con los dichos clérigos y religiosos. Seria [conveniente], siendo su Maj[es]t[ad] servido, [que] fuesen visitados por la real Justicia y que hubiese libro, cuenta y razón de los bienes de los dichos hospitales, cada un año inventariándolos.

Aunque parece va fuera de la materia, quiero contar una cosa que vi. Un hidalgo tenía una huerta en las minas de Guaxacatlan en que en ella tenía cantidad de coles, lechugas, ajos y cebollas y otras muchas verduras, y, entre ellas, tenía una era de habas; y tenía, cabe la huerta, unos grandes hormigueros de unas hormigas grandes que, en esta tierra, llaman "ladronas", que no dejan cosa que no rob[e]n de noche. Y, [como] entraban en la huerta deste hidalgo, determinó, viéndose afligido dellas, de las expeler de allí con cercar la huerta de agua de un arroyo pequeño que pasaba cabe la huerta. Y como lo pensó lo hizo. Y, echada el agua, estuvieron las hormigas, siete u ocho días, que no osaron ofender a la dicha huerta, por la defensa del agua. Viéndose perdidas y sin remedio de poder entrar, acordaron de juntarse y cargarse de pajas en sus bocas, y ponerse encima de la corriente por do venía menos agua. Y comenzaron a echar gran cantidad de pajas por la corriente abajo, y había unas raicitas que salían por cima del agua de la zanja que había hecho [el hidalgo] para echar el agua, y, en ellas, se prendieron las pajas que echaban las dichas hormigas y [que] venían por la corriente abajo. Y, de las pajas que se asieron en las dichas raíces, se hizo una puente tan ancha como cuatro dedos, y más; y por allí entraron aquella noche, y le cortaron toda la era de las habas y la pasaron, por la puente, a do tenían sus hormigueros. Yo lo vi, y un LORENZO GUTIÉRREZ, y JUAN DE LEYVA y FRANCISCO PÉREZ, que [las hormigas] tenían dos costales grandes de hoja de las dichas habas arrimadas a sus hormigueros. Y el s[eñ]or de la huerta nos llamó a todos los dichos [para] que viésemos aquella hazaña. Así que no nos debemos espantar de los hechos maravillosos que hacen los soldados y capitanes famosos, pues éstas nos dan aviso y ejemplo. Y, así, el s[eñ]or de la huerta determino de se rendir a ellas, porque le pareció no bastar su entendimiento contra gente tan mañosa. Y yo vi que les dejó ]a huerta franca, y vi que a otro vecino hicieron la misma obra, y les dejó asimismo la huerta.

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