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Eduardo Henrique Gorobets Martins at Apr 23, 2023 09:41 PM

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exemplar conservan con tanta edificaciones de las almas.
5. El servicio de N[uestros] Reies y s[enno]res lo diren sin in a d[ich]as regiones ni Mo
radhias las mismas tierras y prov[inci]as. de las almas espannolas las han subiu
gado a su dominio, dexando sus suelos patrios, sus honores y sus convenien-
cias; pasando afanes, congojas, y aflicciones, desterrados en las asperezas, en
incultas breñas de estos desiertos obrando para esto y aun interpretan
do n[uest]ro instituto solo por servir en obsequio a la Corona: Por q[ue] se ha
dudado si los relgiosos de la Comp[añí]a de Jesus (dize en una de sus leies
el S[eño]r Phelipe II) podían salir a las doctrinas de los indios segun sea
Regla y pareció q[ue] por la bula de la Sanctidad del papa Adriano lo
podian hacer, como los demas religiosos. Y para las islas de Philipi-
nas está[n] otra dada por el mesmo S[eño]r D[o]n Phelipe el II por estas
palabras: Y la de la Comp[añí]a se encarga de Doctrinas. Las q[ue] ha toma
do la Comp[añí]a con tanto empeño, esmero, madureza de religiosos, y edifica-
cion en todos los q[ue] los veen y familiarmente tratan q[ue] de no ai frazes
ni terminos con q[ue] dignamente engrandecerelos. Copia grande de n[uentros] Misio
neros Jesuitas se podían alegar con corroboración de esta verdad q[ue] glorio
samnete Han trabajado en aquellas inslas y en esta prou[inci]a, celebres en unas
y en otras.
6. En estas sin quitar a aquellas sus Glorias, y triumphos son celeberrímos
sus hazañas y proezas. Q[uie]n hasta agora ha ingnorado q[ue] entre estas barba-
ras Gentes, entre Montes y breñas han sido los Jesuitas Misioneros el ali-
vio en sus aflicciones, el conzuelo en sus tristezas, el descanso en sus trabajos,
la quietud en sus casas, la paz en sus pueblos, el pan en sus hambres, el
vesitdo de sus desnudezas, los medicos en sus enfermedades, los enfermeros
en sus dolencias, los agentes en sus causas, los defensores en sus ierros, los Pro-
tectores en todos sus negocio y cosas, y por abreviar sus p[adr]es rectores y
Ministros en lo espiritual, y tambien sus madres y amar en lo tem-
poral, y como vulgarmente se dize los pies y manos de todos ellos y en
todas sus necesidades y menesteres. No es cosa de adminración solo lo di-
cho, en fin son los infelices Indios, hijos, feligreses, y desvalidos y los Mi-
sioneros, sus padres, sus parrochos, su amparo, su abrigo y aun su paño de
lágrimas, como suele decirse y los tenemos no por título de charidad, sino de
justicias encargados a n[uest]ra dirección y cuidado por N[uestros] Catholicos Reies, y s[eño]res
7. Lo que se admira, ensalsa y alaba es q[ue] haian ocupado y ocupen en to-
das estas obras de piedad, zelo, y misericordias con los vecinos, moradores, y
Patricios todos de esta Gobernasion, y aun con aquellos mismo, q[ue] despues de re-
cevidos immensos largos beneficios, hazen lo mesmo q[ue] las envenenadas Vivo-
ras quitan la vida a aquellos mismo q[ue] se las dieren o lo que los cuerbos
q[ue] con gran inpiedad privan a sus mismos padres de la luz de sus ojos
o lo que los traidores con sus dueños, el osculo de paz, las alabanzas y los
encomios entre n[uestr]as paredes y en n[uestr]a precencia y ls calumnias, im
posturas, y sacrilegios maledicencias en los estrados, en los tribunales, en las
cortes, en las calles, en las plazas. D[e] q[uan]tas Vivoras o q[uan]tos cuerbos. o q[uan]tos
traidores hemos tenido desde que florecemos en el Orbe y especialmente
en es

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exemplar conservan con tanta edificaciones de las almas.
El servicio de N[uestros] Reies y s[enno]res lo diren sin in a d[ich]as regiones ni Mo
radhias las mismas tierras y prov[inci]as. de las almas espannolas las han subiu
gado a su dominio, dexando sus suelos patrios, sus honores y sus convenien-
cias; pasando afanes, congojas, y aflicciones, desterrados en las asperezas, en
incultas breñas de estos desiertos obrando para esto y aun interpretan
do n[uest]ro instituto solo por servir en obsequio a la Corona: Por q[ue] se ha
dudado si los relgiosos de la Comp[añí]a de Jesus (dize en una de sus leies
el S[eño]r Phelipe II) podían salir a las doctrinas de los indios segun sea
Regla y pareció q[ue] por la bula de la Sanctidad del papa Adriano lo
podian hacer, como los demas religiosos. Y para las islas de Philipi-
nas está[n] otra dada por el mesmo S[eño]r D[o]n Phelipe el II por estas
palabras: Y la de la Comp[añí]a se encarga de Doctrinas. Las q[ue] ha toma
do la Comp[añí]a con tanto empeño, esmero, madureza de religiosos, y edifica-
cion en todos los q[ue] los veen y familiarmente tratan q[ue] de no ai frazes
ni terminos con q[ue] dignamente engrandecerelos. Copia grande de n[uentros] Misio
neros Jesuitas se podían alegar con corroboración de esta verdad q[ue] glorio
samnete Han trabajado en aquellas inslas y en esta prou[inci]a, celebres en unas
y en otras.
En estas sin quitar a aquellas sus Glorias, y triumphos son celeberrímos
sus hazañas y proezas. Q[uie]n hasta agora ha ingnorado q[ue] entre estas barba-
ras Gentes, entre Montes y breñas han sido los Jesuitas Misioneros el ali-
vio en sus aflicciones, el conzuelo en sus tristezas, el descanso en sus trabajos,
la quietud en sus casas, la paz en sus pueblos, el pan en sus hambres, el
vesitdo de sus desnudezas, los medicos en sus enfermedades, los enfermeros
en sus dolencias, los agentes en sus causas, los defensores en sus ierros, los Pro-
tectores en todos sus negocio y cosas, y por abreviar sus p[adr]es rectores y
Ministros en lo espiritual, y tambien sus madres y amar en lo tem-
poral, y como vulgarmente se dize los pies y manos de todos ellos y en
todas sus necesidades y menesteres. No es cosa de adminración solo lo di-
cho, en fin son los infelices Indios, hijos, feligreses, y desvalidos y los Mi-
sioneros, sus padres, sus parrochos, su amparo, su abrigo y aun su paño de
lágrimas, como suele decirse y los tenemos no por título de charidad, sino de
justicias encargados a n[uest]ra dirección y cuidado por N[uestros] Catholicos Reies, y s[eño]res
Lo que se admira, ensalsa y alaba es q[ue] haian ocupado y ocupen en to-
das estas obras de piedad, zelo, y misericordias con los vecinos, moradores, y
Patricios todos de esta Gobernasion, y aun con aquellos mismo, q[ue] despues de re-
cevidos immensos largos beneficios, hazen lo mesmo q[ue] las envenenadas Vivo-
ras quitan la vida a aquellos mismo q[ue] se las dieren o lo que los cuerbos
q[ue] con gran inpiedad privan a sus mismos padres de la luz de sus ojos
o lo que los traidores con sus dueños, el osculo de paz, las alabanzas y los
encomios entre n[uestr]as paredes y en n[uestr]a precencia y ls calumnias, im
posturas, y sacrilegios maledicencias en los estrados, en los tribunales, en las
cortes, en las calles, en las plazas. D[e] q[uan]tas Vivoras o q[uan]tos cuerbos. o q[uan]tos
traidores hemos tenido desde que florecemos en el Orbe y especialmente
en es