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de operarios sería el remedio libertar a estos de reconocimiento de vasallaje a su soberano sino procurar que en los demás ramos de minas se observe como es debido la ley real que a la verdad executa nuestra obligación en un punto el más esencial y recomendable para que no se olviden ni disminuya lo primitivo [ilegible] de la corona y para que se conserve la subordinación pública.

Ello es cierto Señor Excelentísimo que si en las reales ramos de minas no se exige el tributo a los indios y demás castas que deben pagarlo se desierta las provincias inmediatas y aún las más remotas en perjuicio de la población y de la agricultura.
Se aumentan en los ramos la vaga y con ellas toda clase de delito.
Se miran por la canalla como lugares independentes donde o no se oye o se oye en el vano el gusto nombre del rey.
Se regulan los operarios auxiliados de la multitud que se agrega a ella superiores a los dueños de minas y al corto número que en su comparación componen los mercadores y algunos otros españoles de ocupaciones honradas.
Y de este cúmulo de inconvenientes nacieron siempre los escandalosos alborotos y frecuentes sublevaciones de la