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como estavan enseñadas á vivir sin ella
haciáselas de mal, y algunos saltavan las Bardas,
y tal huvo que se atrevió a decir al bispo en su cara
que se moderase por que sipro no le Haria á la mitra
á sinquenta pasos con su arcabus pero el Santo pastór
á este y á otros casos semejantes hacie lo que
San Pablo manda áun dicipulo San Fimo-
teo obispo: Argúe, obsecra, inerepa, in omni Patiencia
et doctrina. Puso el hombro y Pecho contra todas las
difientades, y trato muy deveras de la reform[aci]on de las cos-
tumbres, animando con su exemplo á los predicadores
y confezores á que digesen la verdad con mas claridad
y valor que antes, y para que esto se isiese mejo y con ma-
yór acierto, hizo una junta, á manera de sínodo, de los
prelados de las Religiones y hombres doctos que en la
tierra havia, theologos y Juristas, que duró mucho ti-
empo, donde tambien asistian seis capitanes Prac-
ticos en la tierra y conquistas, para ymformar del
echo de muchas cosas de que dependia la determinacion
en derecho y conciencia, y para que viesen la verdad y
rectitud con q.e[que] alli se prosedia, y de esta suerte mostró
en esta Junata el Santo Obispo su mucha capacidad y mucho
saver, la claridad de su ingenio, orden y dispocision bu-
ena, en gran variedad de casas y cosas que ayí se detor-
minaron, con mucho a cierto en la resolucion de