Año 1, Tomo 1, Volumen 1

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LA ILUSTRACIÓN Y LA EDUCACIÓN DE LA MUJER

Mucho se ha escrito por eminentes y reputados autores sobre asunto tan delicado y de una trascendencia tan absoluta; y no es mi débil voz la que después de esas autoridades reconocidas levantará un eco en la sociedad, ni mis ideas serán las mejores en esta materia; pero a pesar de todo, expondré mis teorías sobre el particular, porque siempre que se trate de encomiar a las de mi sexo aprovecharé las observaciones que haya podido recojer en el trascurso de mi vida

Muchos jefes de familia tienen aún la errónea creencia de que dando a sus hijas cierta ilustración y ciertos conocimientos, sólo lograrán hacer de esos seres tan queridos unas marisabidillas vanidosas e inútiles por completo en el hogar de donde deben ser ángeles.

Esto, en mi concepto, no deja de ser cierto en algunos casos; pero yo creo que el resultado depende de la manera de sembrar en corazones tiernos la semilla, que debiendo dar excelentes frutos, los agosta y esteriliza por la falta de un acertado cultivo.

Con frecuencia vemos jóvenes tan hermosas como instruidas, hacerse insoportables para los que tienen la desgracia de tratarlas, pues ellas son un pozo de ciencia; saben de todo; se han pasado los mejores años de su vida en los más acreditados colegios; han tenido por maestros a los más reputados profesores, y pueden sostener cualquier conversación sin cometer el más ligero error en historia, geografía, gramática, etc., etc. Y después........ para colmo de su felicidad, son bellas. ¿Qué más puede exigirse a una niña que aun no cuenta 20 primaveras? Si vais a su casa, siempre encontraréis en el piano las piezas cuya ejecución, es enteramente difícil, pero que sus ágiles dedos de rosa han logrado vencer. En su estudio encontraréis algún paisaje o retrato a medio copiar, que os hará creer que alguna misteriosa hada, guía las preciosas manos que lo pintan; y no será extraño que le encontréis también algún álbum en el que, en sonoros y dulcísimos versos, haya vertido sus castas impresiones, paes además ha estudiado y conoce a Gil de Zárate, Hermosilla y qué sé yo qué otros autores de literatura.

Pero esta misma joven se desdeñará de confeccionarse un traje, y más aún, de entenderse con el arreglo interior de su casa y con esas pequeñas minuciosidades que le parecerán de mal tono. Y es que esto no se enseña en los colegios; y esta joven que estudió tanto, y tanto sabe, el día que llegue a ser esposa y madre de familia, se encontrará con un problema imposible de resolver.

Pues bien, a esta niña le faltó la delicada y acertada dirección de una madre previsora y tierna, quien creyó que era bastante abandonarla al estudio y hacerla después brillar en el mundo; como si esta criatura sólo tuviera la misión de agradar en los salones y nunca se hubiese de encontrar frente a frente con sagrados deberes que llenar, tanto más aterradores cuanto más ignorados son para ella.

Conozco un juguetito cómico que se intitula La Mujer Libre y voy a referir a mis lectoras su argumento. Se trata de una linda joven casada y a quien el cielo, para colmo de ventura, ha concedido un hermoso niño. Ella es tierna y abriga buenos sentimientos; pero estas dotes están ahogadas por el afán de aparecer, ante todo, erudita y libre, y asó poco se ocupa de su esposo que la ama a pesar de todo, y de su hijo que en tan tierna edad (aun está en la lactancia), necesita de sus cuidados más asiduos. Nuestra heroina vive siempre en los clubs y círculos de mujeres que proclaman la emancipación de las de su sexo, y su esposo, en cambio, le toma cuenta a la cocinera y procura acallar el llanto del niño, supliendo el alimento que la naturaleza puso en el seno de la madre, con papillas, Tesoro de los niños, o algo equivalente.

Un antiguo amigo del infortunado esposo, que tiene ocasión de observar todo esto, le aconseja que se finja enamorado de la criada, que es una muchacha de no malos bigotes, para ver si su esposa, notando que é vuelve los ojos a otra parte, se corrije, y abandona las sociedades y los clubs para dedicarse a reconquistar el amor de su compañero de toda la vida; y habiendo puesto en ejecución el plan convenido, logran su objeto; y ella, que en el fondo es buena, comprende que sus deberes no están sino en su hogar, de donde es la reina absoluta.

Este tipo existe, lectoras mías, y existe aun otro más común todavía, que procuraré describíroslo.

Figuraos a una mujer joven y bella que entiende perfectamente el gobierno de su casa; que sabe coser, bordar, y que en materia de dulces, pastas y curiosidades no hay quien la aventaje. Va a misa todos los días, y es cariñosa, econó mica y trabajadora; pero llega su marido agobiado por los negocios, cansado y triste; y cuando la quiere hacer partÌcipe de sus asuntos o consultarle algo acerca de lo que le pasa, no tendrá para él un consejo acertado y juicioso ni una palabra oportuna, ni podrá en suma, sostener con nadie otra conversación que no sea de trajes, dulces, criados o enfermedades.

A esta mujer, pues, su marido sólo la considerará como una excelente ama de gobierno (lo cual debe ser bien triste)

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y buscará en otra parte algo más que halague su inteligencia y tal vez su corazón.

Si la mujer, como lo tenemos experimentado en muchos casos, tiene una inteligencia que no es refractaria al estudio ni a la ciencia, cultívela en buen hora. Profundice los ramos que desee adquirir y nutra su espíritu con la dulce savia del saber; pero es preciso hacerle comprender que no porque ella y el mundo la juzguen instruida e inteligente debe envanecerse, pues la modestia es el timbre de más valer que tiene el sabio.

A la madre, pues, corresponde a la vez que trazar y enseñarle la senda que conduce a los deberes de esposa, el de instruirla en la difícil tarea de hacerse amable y dulce, tierna y aplicada; y sólo ella deberá infundirle el amor a la virtud, que es la base sobre la que debe descansar el edificio, que quizás más tarde, tendrá que soportar el enorme peso de la desgracia.

Mª DE LA LUZ MURGUÍA.

MUJERES DE NUESTRA ÉPOCA

Escrito para "Las Hijas del Anahuac", por la Señora Concepción Manresa de Pérez

Cuando vemos en el horizonte de la ignorancia disiparse las nieblas y descubrimos la perspectiva de nuestro porvenir: cuando el derecho democrático lo vemos impreso en el gran libro de la humanidad, y sus leyes amoldadas en el corazón de los pueblos latinos las vemos regir con extricta justicia para gloria y regocijo de la América de Colón; nuestro espíritu se enagena de goces infinitos al considerar que la mujer material que ayer vivía oscura y silenciosa al pie de la cuna de sus hijos, que no podía educar porque sólo servía para nodriza, ha despertado hoy para la vida del progreso inspirándose en la cultura moderna y en los ejemplos de la eterna Roma, que fué grande y poderosa un tiempo, porque sus matronas supieron amamantar ciudadanos para el Derecho.

Ahogada para siempre la estulta preocupación de los hombres de antaño, de que la mujer instruida era nociva á la sociedad, porque su instrucción le hacía perder su carácter de madre cariñosa y de sacerdotisa del hogar; los hombres de la moderna edad, más prácticos y más científicos, más justos y menos egoístas, despreciando los anti.- guos sistemas y las enmohecidas costumbres y derribando de un golpe esas fábulas sin moraleja, condujeron á la mujer al Templo de Minerva, y la mostraron el magnífico Santuario de las Ciencias y las Artes, como el sendero más corto para la paz y el bienestar de la gran familia Universal.

Y maravilla la enorme cifra, verdaderamente gigantesca, que dedican los pueblos más civilizados para el fomento de la Instrucción Pública y para dilatar las fronteras del saber humano, y vemos con infinita satisfacción que Francia eleva actualmente á 132 millones de francos el presupuesto de la instrucción, cuando en el reinado del primer imperio no pasaba de cuatro mil francos.

En Inglaterra, el presupuesto se acerca á 136 millones de francos y el ciudadano inglés cuesta al Estado, bajo el punto de vista de la instrucción, unos 4 francos por persona.

Italia gasta hoy 52 millones de francos entre el Estado, las provincias y los municipios, cuando hace 25 años no gastaba la tercera parte.

España consagra á este servicio cerca de 30 millones de francos, cifra que se elevará en la actual Legislatura, según ha ofrecido su Ministerio al contestar la briosa defensa del eminente jurisconsulto cubano D. Rafael María de Labra, en favor de la causa del progreso y del movimiento pedagógico contemporáneo.

Y por último, New York, patria de los grandes benefactores de la humanidad y de los más serios, solícitos y eficaces promovedores de la grandeza nacional, consigna su Estado solamente, (pues no conocemos con fijeza las enormes cantidades que los particulares han legado para robustecer la enseñanza,) la suma de 70 millones de francos para su población de 5 millones de habitantes, ó sean 14 francos por cada persona.

De tales beneficiose disfrutamos las mujeres de esta época, libre de las rutinarias prescripciones del enfermizo tradicionalismo y ávidas, como los hombres modernos, de nutrir su cerebro por medio del estudio y de la observación.

Ya comienzan á producir sus frutos las simientes implantadas, y México, que marcha con paso firme por la senda progresiva de la civilización, merced al orden y á la paz de que disfruta, nos ofrece como evidente muestra de sus adelantos a nuestra querida redactora, la Srita. Matilde Montoya, que ha recibido últimamente el grado de Doctora en la Escuela de Medicina, después de sustentar un brillante examen.

También la Srita. Margarita Chorné recibió en México su título de Dentista; y la inolvidable Srita. Micaela Hernández, cuya biografÌa daremos á conocer en breve, después de haber ejercitado la noble carrera del Magisterio, fundó una imprenta en Querétaro para enseñar á sus discípulas el arte tipográfico. Y entre la numerosa pléyade de profesoras mexicanas que con magnífico éxito han sobresalido en sus exámenes, vemos con admiración y júbilo que un cuerpo más numeroso todavía de Sritas. están matriculadas en las Escuelas profesionales para adquirir carreras facultativas.

Ya, queridas lectoras mías, se disiparon las nieblas que oscurecían nuestro hado, y en la contienda febril del saber con la ignorancia, aparece el iris de la paz definitiva anunciando el triunfo del primero para término de nuestros dolores históricos y como signo de las grandes esperanzas.

No estamos desamparadas, no. Si la desgracia nos deja en la orfandad y vemos que la costura y las labores de la mujer, hoy en manos de los hombres, no nos ayudan á subsistir, no por eso cubriremos de cosméticos y artificios nuestra epidermis para lanzarnos al vicio y recojer el cáncer insaciable y corrosivo de sus consecuencias, sino por el contrario, las ciencias y las artes bienaventuradas nos ofrecerán el pan cuotidiano, sin que por eso olvidemos los deberes de la Religión y los purísimos de la familia.

Vamos á transcribir para estímulo de las que lo necesi-

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ten y para alborozo de las que sentimos el amor devotísimo por las letras, el cuadro de las mujeres de nuestra época que no han perdido el carácter de madre ni de sacerdotisas del hogar, y sin embargo, compiten con los hombres en el mundo, cumpliendo con la ley de Dios y los preceptos morales de que el trabajo no es una pena sino una condición de la virtud. Helas aquí:

La Sra. Fanny Dickinson, de Chicago, es la primera Doctora que será admitida como miembro del Congreso Médico Internacional. Su especialidad es enfermedades de los ojos.

Mlle. Talbotier, una joven francesa, ha pasado con Èxito sus exámenes para obtener un diploma de la lengua árabe.

Mrs. Julia Wilson, de New Haven, colaboró con su padre el Dr. E. A. Andrews en la compilación de su Diccionario Latino, y después de la muerte de éste, ha revisado la obra.

Doce Señoras naturales de Bombay, están estudiando en el Colegio de Medicina de dicha ciudad, donde son admitidas las mujeres como candidatas para los mismos ex·- menes que los hombres. Dos Sras. inglesas doctoras tienen una buena clientela en esta provincia.

Ha aparecido en Roma otro periódico editado por una Señora. Publicación quincenal que se titula Galatea y cuya editora es Clelia Ber-Tini-Allilj.

Mme. Vinitski y Mme. Rostopschin han llamado la atención en Rusia con sus novelas.

El contrato por cinco años para la limpieza de las calles de Buffalo, E. U. de A., ha sido concedido á la Sra. A. M. Holloway, por $ 447,000.

Mme. Dowan-Lalande ha recibido un premio de 1,500 fr. de la Academia Francesa, en reconocimiento del valor y celo que desplegó durante la epidemia del cólera de 1883 á 1884 en Egipto y más tarde en Tolon. Mme. Dorvan-Lalande recibió una medalla de oro en 1885.

La joven Higinia Massarini ha obtenido un título en matem·ticas en la Real Universidad de Nápoles.

El número de Doctoras que practican la medicina en la ciudad de New York pasa de 80. Media docena de ellas tienen ya una clientela que les produce $ 10,000 anuales.

Mme. Louise Massart, muerta recientemente, fué en un tiempo la pianista más popular de París, y la profesora de Mlle. Clotilde Kleeberg y otras eminentes artistas. Nunca ejecutó fuera de París.

(Continuará).

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