indios están en estancias, sus sujetos, alrededor del propio pueblo de
Zacatlán, a cuatro y a seis, y a ocho leguas. Son indios hábiles, y son
inclinados a sólo comer y beber. Y son hábiles, porque alcanzan
y comprenden cualquiera cosa. Tiene dos maneras de lenguas,
totonaque y mexicana; pero la mexicana usan más y es
entre ellos más ordinaria.
7. Al séptimo capítulo se responde que está la ciudad y corte de México,
de este pueblo de Zacatlán, a veinte y cuatro leguas ordinarias, y otras
tantas hay a la ciudad de los Ángeles. Y la dicha ciudad de
México, que es donde residen la Real Audiencia de su Majestad y su
virrey, está al poniente y, la ciudad de los Ángeles, está al sur.
Y los caminos a estas dichas ciudades, y a cada parte de ellas por si,
están por tierra llana, vía recta cada cual.
10. Al deceno capítulo se responde que está este dicho pueblo de
Zacatlán en parte alta y llana, y, por esta causa, es tierra tan fría.
Está al mediodía.
11. Al onceno capítulo se responde que es jurisdicción de la alcaldía
mayor de Hueytlalpan, y es cabecera de por sí, como dicho es.
Tiene catorce pueblos sujetos, que se llaman Santiago y San
Juan, y San Bartolomé y San Baltasar, y San Lucas y Santa María,
y San Miguel y San Antonio, y San Mateo, y San
Marcos y otro San juan, y San Francisco y San Cristóbal.
14. Al catorceno capítulo se responde que no estaban estos indios,
en tiempo de su gentilidad, sujetos a nadie, sino que eran
libres y no tributaban como otros pueblos, más de que, cuando
ellos querían hacer algún presente a Montezuma, lo hacían,
y no otra cosa. Adoraban al demonio en figuras de piedras,
y cada pueblo tenía su rito y figura por sí.
15. Al quinceno capítulo se responde que, antiguamente, traían
guerra con Tlaxcala y, para su defensa, les daba ayuda y favor
a estos indios Montezuma. Y siempre tenían esta guerra dicha,
hasta que vino el Marqués del Valle y, con su venida, la dejaron
los unos y los otros. Y peleaban con palos agudos, y arcos y
flechas, puestos por su orden, defendiendo sus términos y
tierras de noche y día. Y andaban en cueros, con solas sus mantas
largas y atapadas sus vergüenzas. Y, ahora, traen camisas y
zaragüelles, y algunos indios traen jubones y traen sus sombreros.
Comían gallinas y caza del monte, venados y conejos, y aves
de volatería del monte. Vivian más, antiguamente, que