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rio, y en fin otras que prometen mas facilidad en su reducion
A esto se añade la fertilidad del terreno, pues para haverlos
de unir y mantenerlos unidos necesaria ès la provicion espe
cialmente de Maiz, que es su regalo, y la esperiencia de lar-
-gos años ha enceñado, que sin este fundamento se hazen
pocos progresos en estas Misiones, à las quales puede aplicarse
lo del Apostol, que no es en ellas primero lo espiritual, sino lo ani-
-mal, por que no haviendo con que mantenerlos unidos se derraman
à buscarlo, y con dificultad son atraidos para instruirlos en lo
que deven saver, mas en haviendo que comer se les hace perse-
verar en la mision, àprenhender la doctrina Christiana, de paso
ellos adquieren alguna inteligencia de la lengua castellana y
los Misioneros de la suia, se avituan al travajo, y se evitan
algunos incombenientes: Hasta àora por no haver quien la-
brarse la tierra Nuestro Catholico Monarca, se ha digna-
nado embiar su socorros para los Yndios Neofitos, en lo por ve-
nir esperamos que esta parte se minoren los gastos tan con-
siderables que su Magestad ha hecho, y hace en estos establecími
entos, y reduciones: Para que veas lo fecundo del terreno, y hagas
suspirar à algunos de tus Ynquilinos, que con sudores copiosos y
casi tormentos que dan a la tierra, apenas pueden lograr el-
fruto que se llame premio de su travajo, savete que en la Misi-
on en que Yo asisto, se sembro el año pasado media fanega
de Maiz mal sembrado, pues los Artifises de la siembra fueron
los Padres Misioneros, que contextan su cortissima inteligencia
se helo quatro vezes, y la quarta à ultimos de Mais, quando ya
el Maiz estava cresidito con todo se coxieron de 70. à 80 hane
gas, y se ha de suponer que es la tierra mas asienosa y el cielo-
mas destemplado, que hai en todo lo que comprehenden estos
nuevos establecimientos En la Mision immediata que dista