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insurgentes cuyo número era difícil calcular alistandose muchas banderias blancas e imágenes de Nuestra Señora de Guadalupe se acostaron dl nombrado del cuarto que domina la Alhóndiga de donde se oían infinitas voces de viva Nuestra Señora de Guadalupe y América la muchedumbre que estaba en el cerro de San Miguel empezó a bajar por las escaleras y acusa de las 12 olimos los repiques de campañas campana en todos los templos los que se acercaban por la calle de los pocitos recibían continuando juego de aquel punto y lo propio por la de Belén más los que estaban en el cuarto nos lo hacían y tiraban con onda infinita piedras que al principio no obtendrían más bajándose a su falda sin oposición por nuestra parte no teníamos intorim que no fui hacemos el mayor entrado el intendente con la mayor serenidad recorría sus avanzadas lo acordaran las muchas balas y pedradas hasta que acosa de las 2% estando a la puerta de la Alhóndiga fue muerto por una bala que le pasó la cabeza replegaron las estacadas en las que fue herido de otra El capitán Telmo Por poco antes y emplazados por Bustamante reemplazado por Bustamante se mandó bajar el resto del Batallón y voluntarios que estaban en la azotea Y cerrar la única puerta de aquel edificio empezando la confusión y desorden hubo una especie de junta en que acordaran acordaron y dar unos papeles en que había el mejor él al terror está prendido el fuerte y que viniesen a capitular más de 20 de estos tiraron por las troneras que no surtieron efecto y ni $2000 que por disposición del alcalde admis mendy y una sábana que significaba bandera Blanca dos Soldados del Batallón se ofrecieron a llevar los papeles indicados dejando se les descolgar con unas ratas por las troneras y fueron muertos en cuyo apuro continúa el fuego alojando frascos de hierro llenos de pólvora por las troneras y ya estaban rompiendo la puerta y prendiendo la fuego berzabal odeno sus tropas quién la devolución voluntarios mezclada y aún los dragones desmontados abría la puerta habían hecho agujeros tiraban balazos movían piedras y no prestaban