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demas; sin que para estos nos mueva el =
mas minimo ynteres; pues ni en Bautismos,
ni en entierros, ni en casamientos, ni en sus
gravosas diligencias matrimoniales interesa
mos in medio; antes bien, hasta la cera; y pa
pel que en esto se gasta, tenemos que costear
la de nuestros sinodos: la nueva mission, fun
dada en tan corto tiempo, con las conversiones
diarias, que en la frontera se estan experimen
tando (gracias al todo poderoso) me parece que
acredita, el que los PP[adre]s no duermen ni se han
dormido en el cumplimiento de su obliga=
cion y que cada uno segun su posibilidad
ayudado de la gracia procura desempe
ñar el cargo de su ministerio.
A los limites
de esta obligacion, me manifiesta V[uestra] Ex[celenci]a. su
piadoso y chatolico deseo, de que vivan los
misioneros ceñidos, así se ha vivido has
ta ahora, y para lo subcesivo se desea
con tantas veras, el no atender, a otra cosa
que por lo mismo, suplico y ruego encareci=
damente a V[uestra] Ex[celenci]a se digne de exonerarnos=
del domestico, y economico govierno de
yndios, substituyendo a este cargo, aquien
V[uestra] Ex[celenci]a. tenga por conveniente; para que li=
bres nosotros de el laborioso trabajo y cuida
do de lo temporal, el que siempre, por la
misericordia de Dios, hemos mirado y =